Como lo demuestra el título de propiedad que data de 1746, el cultivo de la vid tiene una larga tradición en la familia Forest-Marie. Hoy gestiona un patrimonio de viñedos que ha ido creciendo a lo largo de nueve generaciones a las que cada uno ha aportado su propia experiencia. La marca actual: Forest-Marié es en sí misma un símbolo. Ilustra la unión de dos familias: una de Trigny, de donde proviene Thierry; el otro de Ecueil donde nació su esposa Gracianne. Con sus hijos Louis y Marthe, se esfuerzan por perfeccionar el cuidado de cada viña, según las particularidades de cada localidad.

86 terrenos, cada uno único.

Mont des Chrétiens, las Blanches Vignes, Les Rosets, Les Chaufours, Coulmiers... imposible nombrar las 86 parcelas que componen su viñedo. Están repartidos por varios pueblos Ecueil, Sacy, Villedommange clasificados como Premier Cru y, por supuesto, Trigny donde se encuentran la prensa y las bodegas. Cada una es única, por su suelo, más o menos calcáreo, calizo o arcillo silíceo, por su ondulación, por su soleamiento. Cada uno acoge la variedad de uva que mejor se adapta a su especificidad: Chardonnay, Pinot nero o Pinot meunier. Su exposición y su tipicidad dependerán también de la delicada elección del mejor momento para su recolección. Una decisión que Thierry y Gracianne no dejan en manos de nadie más. Una de las ventajas de ser viticultores independientes.