Desde 1962, la familia Paladin ha seguido creciendo a través de ricas experiencias, perseverando en el cultivo de las vides nativas de su tierra veneciana con el mismo respeto y rigor, refinando vinos preciosos en sus bodegas, instalándose en territorios míticos como Chianti y Franciacorta, para aprender los secretos de la excelencia.

CASA PALADIN cree en el carácter de los territorios, en las mágicas coincidencias de los lugares. Conservar respetuosamente la naturalidad que abraza a los viñedos, cultivar el valor inestimable de la biodiversidad, un bien vital que hay que defender y recuperar.

Todo buen vino es el resultado de una viticultura suave y sostenible, de tiempos de vendimia adaptados a pequeños terrenos, de ritmos que no siguen la dinámica del mercado, sino los ritmos de la naturaleza.